Carne

Diego Díaz asume su propia piel como base de experimentación. Carne Autorretrato representa la piel con la exquisitez del siglo de oro español. Solo que es un lienzo pintado al óleo colgando, degollado, pero que podría ser un pedazo de tela como la que reposa en las piernas del joven en ‘El triunfo de Baco o los Borrachos’ de Velázquez. Examinar la propia piel: una buena tarea para la época presente, con sus extremismos y complacencia.

Ana Patricia Gómez Jaramillo.
Directora la Balsa Arte

Carne significa, literalmente, músculos y piel: la parte blanda del cuerpo. Concebida como un autorretrato, esta instalación alude a un clásico de la pintura barroca: «El buey en el canal» (1665), de Rembrandt, obra de la que el maestro holandés realizó dos versiones. La figura y el concepto del buey desollado aparecerá después en soberbias reinterpretaciones de artistas como Delacroix, Honoré Daumi, Francis Bacon y Chaïm Soutine. Diego Díaz, con un lenguaje y una técnica contemporánea, inscribe su nombre en esta lista de honor y propone su buey desollado: un lienzo suspendido en el espacio, colgado del techo con tornillos, con un telón de fondo oscurecido por el grafito que magnifica su tridimensionalidad. Gracias al óleo la tela adquiere las tonalidades y la textura de la piel humana, lo cual le da sentido a la obra como autorretrato: «Carne», la parte blanda, la piel del artista entregada al vacío, ofertada al espectador como en una carnicería.

Natalia Castillo Verdugo.
Directora AMA+